La Agónica del Caracol.

En cuestión de minutos la luz de la sombra se hace noche. Es por eso que a veces me paseo
por el andamiaje de baldosas que hay cerca de mi cuerpo y saturo mis sombras con esas pisadas a lo largo del pasillo……calideces como un péndulo que me dejan aclararme de mis manías de habitar en los polos….y termino buscando caracoles incluso bajo el gres.

Sé que allí viven.

Algunas veces en los días se arremolina el aburrimiento como casita de caracol, y esa agónica “paranada” se vuelve aburrimiento de caracol agónico….y camina despacio el muchacho….muy despacio, enredando en las babas de la vida. Y el espacio se vuelve sobreviviente de la nada, y miras el reloj ni camina, y miras al cielo y no llueve... y recorres calles sin moverte del sitio, un paso adelanta….un paso por detrás… pero si tardo no te apures, estoy restaurando el velamen de un caracol perdido esperando que el viento lo empuje a algún lugar…