Pista abierta sin destino.

… fue la música…



Ya ves, se me hizo largo el compás de espera, mi piel tiene memoria de tus manos, de tu aroma, de tu aliento, de tu sabor…

Ya ves, los sonidos traen el compás de ti, sonidos de ternuras vibrando en la penumbra, restos y rastros de deseo apoco, de amor amaneciendo…

Ya ves, la piel tiene la soledad del verano vencido de los días sin ti, de las noches sin tu abrigo… ya ves, desde este paraíso de soledades, recuento nostalgias que creamos como dibujos en la arena, a esta orilla el mar las trae, las lleva…. y te las lleva…

Ya ves, habitamos distancia, desunimos sentir y recorremos vida en opuestas direcciones, hacemos kilómetros de vida en el cotidiano del hoy y del mañana, vida sobre la rutina inevitablemente… y sin embargo, encontramos un hueco para el dolor más suave y adormecido, y a pesar de ser solo un suspiro se hace largo el compas de espera… el último abrazo, el último beso, el último suspiro…

Ya ves, le estoy buscando sitio a ese dolor renovado, a contrapié, a contramano, a contra ti… y me sorprende igual que siempre con la vida clavada en tu vientre, en tus labios temblorosos y dispuestos a perder toda la inocencia…

Ya ves, las manos vacías, los labios sedientos, solo dibujan harapos de sueños, melancolía sin lluvia de un sueño contemplado que no empapa… y mi piel tiene arena y sal de un mar que se retira y que regresa, que susurra tu nombre pronunciado por aire húmedo de olas que besan mis pies y me desgrana alma, me arranca vida en carne viva….

Ya ves, este es mi compas de espera, vístete de el, yo sigo buscándole sitio, cúbrete con su piel y sus trazos de tristeza, son el remiendo de mis días, para arropar el sentir mas desnudo y desgarrado, son el dibujo de mis silencios de ti, de mis lunas sin luz, son para dejarme desnudo en esta orilla donde cala el mar y la lluvia y rebusco en recuerdos andrajos de piel, para saciar la fiel melancolía….

Ya ves, esta es la forma de desnudar tristezas, arrancar y revestir estaciones en un compas de espera… dibujarte como piel sin remiendos, melocoton durazno, calada y temblorosa, préstame algo de ti que las paradas se hacen eternas y la nieva cala…

Perdón, si soy inoportuno,
perdón, no sé actuar de otra manera,
perdóname, lo hago por instinto,
perdóname, si no hay quien me entienda…

… fue la música…

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Lamontagneazul

Las palabras son pentimentos que callan su significado clandestino, ocultan como testigo silencioso; deseo, pasión y hastió. Habitan en un espacio libertad donde divagan y se mezclan con una pizca de cordura, y con la locura que destilan todos esos pensamientos inoportunos del espejo de una noche y su montaña azul.

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