Nuestros cuerpos se encontraron, una noche cualquiera, un día cualquiera, ardían de frío y juntos encontraron abrigo sobre aquella playa dónde el fuego y la luna nos sirvieron de testigos,…
…Y la noche nos derramo eternos, sobre aquella arena, sobre aquellas olas….y lentamente llego aquel amanecer con salida, y nuestros pasos se fueron como desconocidos, y dejamos que las olas se llevara todo lo que dibujamos sin apenas darnos cuenta….
…y hoy te sigo dibujando sobre esta arena….y te nombre mi aliada, y te traigo a mi recuerdo en las noches frías, donde caminamos juntos sin aquel temor, donde inmortalizo tu sonrisa… y nuestros cuerpos siguen sintiendo aquella arena donde mi voz una ves te susurro al oído…
… y hoy es una noche fría, donde mis palabras juegan a "quédate conmigo", aunque se que mañana será un amanecer sin agua, otro amanecer con salida, y mis palabras de hoy serán otra vez tachones que recogerán las olas en su resaca….por eso te digo; "sálvate tú"
Sálvate tú, no habrá sitio en la balsa, haré como si fuera un accidente, los días que me queden, repesaré tus cartas. Sálvate tú, que ya se ven gaviotas, no puede estar tan lejos la pelea, y cuídate la vida, y cómprate esa ropa. Sálvate y cuenta nuestra historia.
Sálvate del color de estas luces ahogadas sobre la plena noche, sálvate de este laberinto de palabras… porque hace frio, y llueve, y sigue lloviendo, y mis palabras traen procesión con sabor amargo de verdades silenciadas, de la ausencia de tus labios… sálvate tú de mi recuerdo sinuoso de tu cuerpo, sálvate de mi imaginación que te recorre con ojos cerrados, sálvate de mi dactilar deseo de tu piel, y de mis labios ardiendo sobre la hoguera de tu carne, sálvate de mis susurros, de mi ansia de ti mas encendida, sálvate de todas las palabras que tengo almacenadas para implorar deseo sobre el aquelarre de tu sexo…
Sálvate de todas mis palabras que te buscan como miel, que te incitan a mi boca, sálvate de los mis adjetivos que buscan venerar tu cuerpo como alimento para mis ojos… Sálvate tú del calor que destilan mis dedos, sálvate de mi verdad más desnuda, porque en ella guardo el descontrol de todos mis sentidos, y los tengo hipnotizados con el arder tu piel, con el aroma de tu recuerdo…
Sálvate tú de todo mi deseo, porque no tiene límite, porque no tiene normas, porque el deseo es una ley libre donde puedo recrearme en el recuerdo eterno de lo nunca vivido…
Sálvate tú, te llegaran botellas, escritas con la sal de la victoria, y olvidarás la pena, posada en otras bocas. Dime que sí, que no mirar tu cara, no es una vida entera, que cuando veas la playa olvidarás mi ausencia. Sálvate y di, que me fui con el viento, para soplar tu vela, sonríeme sincera y me veras riendo con cada luna nueva...
