Apareció una noche cualquiera, en un bar cualquiera al rato me dijo una de esas frases de calendario:
“La ley del deseo carece de normas pero quien la incumple se condena al recuerdo eterno de lo nunca vivido”
…me miro fijamente y dijo:
.- Te propongo un trato, cinco días para nosotros, nos amamos sin límites, con todas las preguntas y todas las respuestas, todo real, todo verdad… y después nos vamos y no nos volvemos a cruzar.
…y sus labios se convirtieron en miel para mi boca, y todo su cuerpo en alimento de mis ojos... se destilo todo su ser por mis dedos durante esos cinco días, probé su aroma sal y su néctar de azúcar, no guardamos ningún control de los sentidos, nos transformamos en pura vida con tuteo al vértigo, domesticamos todos los secretos y reconquistamos cada milímetro piel poco a poco, nos convertimos en puro líquido abono que fue engalanando nuestro jardín…
…y escuche su voz como sinfonía que despierta laberintos, y fui pétalo de su carne, péndulo de su boca, deseo de sus ojos….
…. abrazamos seda, deshojamos caricias, desvestimos luna y nos bebimos todas las cadencias… completamos todo ese libro no escrito carente de palabras, y habitamos entre lo que vale y lo que realmente vale la pena…. y perdimos la mesura, la compostura, y la armadura…. y el reloj de arena fue dejando acariciar el tiempo... Nuestro tiempo.
Se completo el ciclo en un mañana de instinto insaciable, de ganas prendidas de lo aprendido….la mañana se quedo encendida y repitió la vida…..
“La ley del deseo carece de normas pero quien la incumple se condena al recuerdo eterno de lo nunca vivido”
…hoy me llego el resplandor de aquella espuma blanca a mi playa y me sigue encantado el aroma que dejo…
