… en cualquier momento surge el instante de un soliloquio, en cualquier
momento danza como un imán al rubor de lo prohibido, en cualquier momento se despiertan
los laberintos que atesoras como velados… y en un halo arrebatado de aliento
liberas esos bucles que bañaron tus dedos, que sellaron tus labios, que
arrodillaron tu sentir…
Mis
yemas encierran las caricias que sonrieron a tus ojos, mi sentir las densas
gotas que sucumbieron a tus pliegues, y mi noche la luna que siente la cadencia
de la ausencia de tu esencia… y hay un manto de estrellas que ilumina mi sentir
a tu lado, la ternura atrapada en tus labios de beso encadenando, el sentir
equilibrio con el que bailaban nuestro latir, el refugio vivir que eras en mi… y
hay pétalos delirantes delatando nuestros húmedos instintos…
Viviendo con miedo no
sirve de nada, si tienes más tiempo más miedo que pasas. Viviendo con
miedo se quiere a las máquinas, se reza a los santos o a las matemáticas, se
entierran los sueños y pasas las páginas. Se guarda el silencio y las formas
clásicas, se siembra el dinero para cosas trágicas, si aún no sucedieron las
puedes imaginar, con ellas y el miedo te haces tus prácticas, entierras tus
sueños y pasas las páginas…
Con miedo en el cuerpo no sirve de nada, si tienes más tiempo más miedo
que pasas. Con miedo en el cuerpo a solas te amarás, se reza a los santos o
las matemáticas, se entierran los sueños, se pasan las páginas…
… algunas veces la hipnótica de un invocado te columpia como
equilibrista por la cornisa de una quimera… y sobre la sien laten las réplicas
de ese sentir como virulento revivir en un juego de
pérfida seducción con tu vivir… y tambalea el epicentro de tu equilibrio… y
el sentir se aferra a la aorta como un embeleso caracola... y te vence la
resaca de esa quimera… y se cuela entre acrobacias en tu realidad… y desatas
delirios de perfecta simetría… y añoras vencido saltar sin esa red protectora
que separa vida de quimera… tentación a amar...
… algunas todas las veces mi sentir tumba mi raciocinio y a ojos
cerrados aspiro el oxígeno de tu abrazo más premeditado… el resto es alevosía a
ti silenciada...
P.D. Eladio añadió en el 2011
una frase más
“Los muertos de miedo se
quedan en casa y dejan afuera las voces, las caras.”
...y pasas las páginas.