Tengo 46 años y cinco minutos para demostrar que soy y siento… sólo es una forma de vida, artesanía de la verticalidad,
con esa maldita manía de caminar cuestas arriba, una vez más, en busca y
captura de esa la luz que entre los dedos sale ardiendo y brilla más… y busca
su verticalidad….
…verticalidad de sueños que queremos ver o simplemente soñamos
alcanzar… y con el tiempo no es fácil mantener la fuerza de esa ilusión…
rutina, cansancio, problemas… hacen que sin querer vayamos bajando los brazos
si no conseguimos nutrir ese Spin-off de la felicidad…
… y la felicidad está en admitirse a uno mismo e interrelacionada con las
personas, sentirse conectado y tener relaciones relevantes… tiempo en emocional
con embargo a crecer, aprender, descubrir… sentirnos mejor con nosotros mismos
a través de los demás, respetar esa emoción que nace, cuidarla y darle tiempo a
que encaje… crecer, creer y tener fe, en realidad la fe solo consiste en creer
que hay algo más… una guía, una ayuda para no caer en lo primitivo del ser… fe
en algo más, con sus periodos de duda, pero siempre vuelve y te conecta con los
demás... fe como resultado de esperanza, ilusión… la esperanza es una felicidad
que va más allá de la felicidad ordinaria y eso nos devuelve a los sueños….ilusiones,
anhelos, quizás un a largo plazo, quizás un sin plazo… pero sentir envuelto en
vida social saludable que nos aporta un granito de felicidad…
… entre sueños y felicidad existen las derrotas necesarias para
cualquier combate… una derrota demuestra la lucha por los sueños, sentir esa derrota
demuestra saber por qué se estás luchando… da igual el tipo de derrota, da
igual el tipo de amor, el no necesita ser entendido, solo necesita ser
demostrado… no existen las mentiras piadosas, existen las excusas tiranas… dice
Coelho aquello de “Quédate con un amor que te dé respuestas y no problemas.
Seguridad y no temor. Confianza y no más dudas”… y quizás el sentimiento no se
puede razonar pero si todo lo demás que tiene que ver con los demás y con esa
mas allá de más….
Aprendí de mi hijo que el coraje y el miedo son pareja de baile que el
secreto del coraje es desear el triunfo tanto que diluye ese miedo…
Aprendí de mi hija la honestidad en lo que crees, no te ahoga caer al
agua sino mantenerte sumergido en ella sin más…
Aprendí de mis padres la fidelidad más allá de tus creencias o tus argumentos,
la lealtad como algo más allá….
Aprendí de un tango a dejar de ser quien era y recuperarme en
quien soy… a medir vida en aquello que no cambiaría…
Aprendí de alguien que se cansó de vivir antes de hacerlo mi ilusión por
los sueños, el deseo y el sentimiento de todo el amor que me llevo puesto…
Aprendí de tantos otros que de otros simplemente desaprendí… pero me
gusta la vida y me arriesgo a vivir… la felicidad y los sueños son verticalidad…