Tú te has ido, no me culpes a mí yo sólo he tratado de seguir, tranquilo, olvidándome de ti…
...y su boca quedo perdida como collar a su cuello, y sus manos divididas, y su mente perdida, fundido en ella… sus sueños lograban imposibles, pero su vida era perdida entera.
No me llames cuando te vuelva a ver a tu cabeza, yo también te quiero ver tranquila, si no vuelves a querer…
...y buscaba la caricia del olvido sobre su oído, pero el aire caliente le agitaba la respiración mas agitada de la ausencia, y su boca entreabierta intentaba hablar en silencio, se perdía en un laberinto inventado de olvidos, y su deseo trazaba círculos incontenible...
La vida, contigo, se me vuelve a retorcer, tus sueños, tus cuentos que no supe entender. Yo no quiero otra vida, para no volverte a perder…
… y al mirar sus propias manos, no podía más que recordar otra vida, de cuando se sentía alfarero, de cuando sus manos inventaban caricias, de cuando moldeaba placeres, de cuando cada milímetro de piel era un milímetro de barro para moldear, de cuando la carne era papel para dibujar, de cuando se recreaba buscando secretos, espacios, lunas y lunares… de cuando se sentía universo, firmamento y habitaba en las profundidades de un océano trasparente en el crisol de su piel….
Cuántas fotos que no quiero ni ver, aquel sombrero que te solías poner montada a caballo hasta el amanecer…
… ahora se sentía desterrado, acomodado sobre la curva de un pliegue infinito, desnudo, modelando sueños destrozados, habitante un millón de la estrella de la desilusión, detenido en un tiempo invisible.
La vida, contigo, se me vuelve a retorcer, tus sueños, tus cuentos que no supe entender. Yo no quiero otra vida, para no volverte a perder… Tú te has ido, no me culpes a mí tranquila, si no vuelves a querer…
…y aun le hace vibrar saberse entre sueños, inalcanzables, y sin embargo aun le poseen sobre la eternidad de sus ojos cerrados… y ansía tener retazos de tiempo entre sus manos, y un amor sin nombre para escribir su historia y relatar mil pasajes deseo, y otros mil de consuelo, y se refugio sobre el vacío de letras, con vacío de alma, con vacio de días, con vacio de nada… y la las palabras le alivian y mitigan su alma, y suavizan su horror, y le vuelven ovillo en arrullo, y su alma queda dormida, dormida, dormida, dormida, dormida... y el edén de sueños le espera, que la vida comienza al cerrar los ojos...
La vida, contigo, se me vuelve a retorcer, tus sueños, tus cuentos que no supe entender. Yo no quiero otra vida, para no volverte a perder… Tú te has ido, no me culpes a mí tranquila, si no vuelves a querer…
