Era un lugar cercano, entre el cielo y alguna montaña, al norte de la
nada y a la izquierda de mí. Ella me atraía con un monólogo de sonrisa sobre
las pestañas y un eco de nostalgia mientras caminábamos descalzos a ningún otro
lugar…. y no hubo más ruido que algún suspiro remitido a los kilómetros de sus
anhelos y sí que los divagando sobre los procesos reciclables de la nostalgia,
lagrimas, canciones y poemas….
Era un lugar más aquí de Dallas-Memphis, y las ideas se pelean con las balas, le rezaban a la virgen del rencor, y creían que eran alguno de mis dramas… y no podía quejarme de nada, quizá soy lo que menos necesita.
Se fue dejando un rastro de confeti,
El misterio dura más que la certeza,
Si ha sido sólo pura coincidencia,
te invito a un trago.
Era un lugar cercano, entre la nada y cierto concreto anonimato, libres
de decir y sentir… y ahí si nos supo atrapar la verdad, sin pellizcos
adornables, ni letra pequeña en el reverso, no había miradas a matar ni intención
de morir…. y pareciera que el tiempo no estaba inventado y la gravedad ondulaba
al compás de lo vivido sobre aquel verbal discernido….
Era un lugar hipnótico, entre su monologo y la envidia que me recreaba…
y quizás podría parecer un suicidio pero la envide en sus penas… ella percutía
en voz susurro y el hipnótico me lo transcribía en verso… en su parpadeo había sal
y tacto agarrado al pecho, anhelaba como jamás había escuchado, parecía tener
grabadas mil caricias sin instrucciones
y vibraba cada vez que recurría al olvido y el reclamo de su ayer tan anhelado….,
no podía por menos que envidiar ese ayer amado y tan anhelado….
Era un lugar más allá del universo, y comprendí que mientras ella gesticulaba
guardaba suavemente entre sus dedos todo lo que amo y seguía amando, su añoro me
supo a flores, a quimera retenida que valía la pena, y envidié esa magia, cada una
de sus frases iba más allá, y comprendí un poquito más sobre mí, sobre la
envidia que me genero añorar a alguien y algo… mi ayer fue más incognito que el
suyo, nada fue mío solo contengo lo que tengo, nadie a quien añorar sobre la
magia de éste suelo…
Era un lugar más aquí de Dallas-Memphis, y las ideas se pelean con las balas, le rezaban a la virgen del rencor, y creían que eran alguno de mis dramas… y no podía quejarme de nada, quizá soy lo que menos necesita.
Se fue dejando un rastro de confeti,
El misterio dura más que la certeza,
Si ha sido sólo pura coincidencia,
te invito a un trago.