Ella dibuja estrellas que brillan cuando habla, desliza sus gestos con
sumo cuidado sobre el aire, “port de Bras” en la vía láctea. Ella posee un
trazo antiguo en sus labios, su sonrisa pareciera haber sido concedida y
concebida con un secreto dulce milenario.
Ella es el centro de mi atención en su presencia, recuerda y echa de
menos como yo lo hubiera deseado jamás, la envidio como no envidie a nadie
jamás…
Ella es incapaz de recordar el día que aterrizo en el universo y lanza
preguntas sin viento de imposible resolución. La nostalgia firma con su nombre
y sus ojos miel se transforman en mares agitados de azules buscando formas en
las nubes...
Ella naufrago de su mano en una costa ajena que nunca ha dejado de amar
y baila con su imaginación sobre esa historia perfecta de imposible ejecución…
quedó tatuada en su necesidad de un recuerdo vital que dejó marca para siempre
en su silueta…
Ella es una explosión extemporánea y me fascina observarla cuando
relata el sentir de su ser en comunión con ella misma… y es en esos instantes
cuando a veces me descubre mirándola y advertida se para, abre los ojos y
suelta una carcajada como muralla a la razón de su teoría de mariposas… aunque
a veces me parezca más bien un trazo Lorquiano de “El maleficio de la mariposa”
…
Ella se descalza a poca ocasión que obtenga y baila a párpados
cerrados, dirigiendo a “port de Bras” una orquesta que sólo ella escucha como
si nada hubiera ocurrido…y a mí me baila la imaginación entre sus melancolías,
intentando unirlas como un dibujo a puntos de un niño, trazando un mapa de
estrellas sobre su constelación navegante…
Ella llego hace tiempo a mi historia, ocupa el impas de las locuras y
los absurdos…. debatimos sobre la mejor sombra para mirar al cielo, o sobre los
mejores naufragios para ahogarse a pleno invierno…. cada una de nuestras
locuras lleva arcanos de carcajadas sobre el alma, y es en ese baile de miedos
donde se tambalean la ausencia de cordura que perdimos a dos supongo hace ya
tiempo… y sin ganas de reencontrarla retroalimentamos ese desvarió hasta que
encontramos la “descordura” de regresar a la rutina…
Ella posee esa nostalgia que tanto envidié a navegantes perdidos… o tal
vez posee algo que nunca encontré…. o tal vez, más seguro, que no merecí…. y la
envidio… y me apena su melancolía
confundida…
Ella tiene la habilidad de dibujarme carcajadas absurdas y sonrió a sus
huracanes…. sonrió…. y la envidio… y me
apena… en la tempestad de su lluvia humedece mi cotidiano, y su sentir
amordazado en no pocas veces me unge de una rabia dicotómica… por momentos
sacude mi vacío inocuo y lo absuelve en una sonrisa….
Ella siendo lo que es: se conoce y se desconoce en un mismo destiempo…. incluso se puede advertir como se diluye entre sus sentires…. se desvanece y se escuchan sus gotas caer entre el eco de sus palabras…
Ella es sin tartamudeos, esparce entrega a un infinito difuminado, dibuja entreactos que no existen, arropa verdades prohibidas, unge en desmedida amor sin sensatez hacia un ajeno que jamás lo sabrá…. y esa es la gran parte que menos entiendo, ese sentir que se volvio rutina de un anhelo conjugado en una silenciada melancolía…. pero ella sonríe y en su desnudo silencio se vuelve la vida carcajada…
Ella debería estar declarada reserva natural protegida y tendrían que estar
acotadas sus zonas del sentir como obligatorio menudeo... pero más bien
pertenece a la oficina de sentires perdidos, sentires que en su acción silenciada
saltan en paracaídas a un viento incapaz de apreciarlos…
Ella… y aun así entre sus palabras llenas de adornada congoja, sonríe y
a lo lejos ausenta…. me zarandea, o me pellizca para comprobar que estoy a sus palabras,
dice que ella es tiempo de insomnio, si ella no sueña yo tampoco… y por alguna
razón que se me escapa consigue hacerme sonreír en sus hazañas…. y adoro esa
pequeña suerte de “tristernura” que ofrecen sus gestos justo el instante antes
cuando le estalla la sonrisa…
… y ojalá no fuera esta Ella y fuera la Ella que tanto ama…. garden's Road