Traigo el rumor del mar entre los dedos, traigo el laberinto del viento, el soniquete de la noche, el ruido de selva, el escándalo de olvido.
Traigo una caracola sin fantasmas, una estela sin mentira, un perfume de eucalipto, incienso, brasa y espuma…
Traigo fuego contra las rocas, malos sueños, un bosque abrasado en mis ojos, traigo noche, día y mediodía….pero la ceniza dice que: “No quiero hablar de eso”
No quiero hablar de eso…
…imagina un rio deslizándose montaña arriba, contracorriente con la realidad de la vida. EL lógico y el ilógico se separan por un sentido…sentido del agua, sentido del sentido…
Si imagináramos la vida como si fuera ese rio, fluyendo…. ¿Qué dirección tendría?
Si imaginamos nuestra vida sobre un paso hacia atrás, observándola desde fuera, veríamos su movimiento, sus obstáculos, como superamos, y como nos adaptándonos, como creamos remolinos, o como nos arremolinamos…. pero en nuestra corriente, el agua sigue camino sin detenerse…
…y la verdad es el musgo que crece sobre las laderas húmedas, donde la lluvia es palabra, donde la corriente es intención…
Siento el susurro de una mirada en la nuca, la reconozco, mientras respondo a su invitación dándome la vuelta, dejándome llevar por la dulce tentación de su sonrisa que me toma y comienza a bailar suavemente al ritmo de mi boca.
Solo me dejo llevar por las manos, sin sentido, o contrasentido, contracorriente dejo de pensar, ningún latido se desperdicia en mi corazón, da igual su forma, cada latido invita al siguiente, oleadas de latidos caricias desordenan mi piel, me envuelven…. me abandono en ellas. Solo trato de patalear…..al otro lado del espejo, al otro lado del mar….
