…y en el reverso de los
días propuse una batalla para librar al corazón, un puñado de palabras sobre el
insomnio onírico de un deseo cuerpo a tierra verídico…
… y se fuero atrincherando palabras para mayor gloria de la razón, fueron amontonándose los combates y los asaltos a la belleza de un deseo y su sensación…
… y maquille ocasiones e invente versiones… y me subí a railes que estaban cargados de parásita ambición… existí en profetas palabras de una meta traficante de amar…
… y me rozaron mil instantes… y se amotinaron mil bellezas….y termine describiendo a retazos todas las sensaciones sobre este muro falsario….
… y reivindico el espejismo de intentar ser uno mismo… y seguir en este viaje hacia la nada que consiste en la certeza de encontrar en tu mirada…. la belleza…
¡Viva la revolución!
Huyendo de las prófugas horas de la rutina del vivir, evadiendo vida
del arrugado sin vivir surge esta alquimia que persigue los talones de la
verdadera carcajada del sentir…. Nacimos con la premisa de la felicidad y nos
rodeamos de tristeza y ansiedad, abocados a la clandestinidad de felicidad a
escondites forzados…. Alocados a una alquimia de amor entre vocablos…
Crisopeya de vivir a belleza, de vivir a sentir, de rutina a amar… como
una sexta esencia acariciadora, como una melodía de inmortales… como fruto
disfruto de los abrazos recogidos… como fragua balsa sobre una atmosfera
templada… diamante pasión de la sinrazón….
Este palabreo alquimista es un canto amante que recorre piel con besos
y manos entre palabras sinfonía de amor…
En la Liturgia de las horas es tu piel el sentir melódico de cada
palabra, Benedictus la melodía de tus labios que
asalta el corazón, sábana del vivir donde tu boca se trasforma en lluvia y mis
ojos en beber a tu pasión….
… y como en el cantico de Zacarías mi sentir es redimido al suscitando
de tu piel, salvación que me convierte en siervo de un predicho a tu boca
profeta…
… salvación misericordia de un sentir anudado al anido del aroma de tu piel, sed que aclama agua de la noria de tus labios…
… salvación misericordia de un sentir anudado al anido del aroma de tu piel, sed que aclama agua de la noria de tus labios…
…. y el perdón de los pecados se trasforma;… en una vereda alumbrada
por tus ojos… en mil caricias que exploran y calman el manantial de los deseos…
en sal de vida al roció de tu piel… en acallada exaltación a la fragancia de
tus esencias… en silencio que me baña y desemboca en la ladera de tu vereda...
…. y el sosiego sólo al amanecer para seguir amando sobre la alquimia
de esta crisopeya palabreando….
Como era en el principio,
ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos. Amén.