Soñé que tú me llevabas por una blanca vereda, en medio
del campo verde, hacia el azul de las sierras, hacia los montes azules, una
mañana serena.
Sentí tu mano en la mía, tu mano de compañera, tu voz de niña en mi oído como
una campana nueva, como una campana virgen de un alba de primavera.
¡Eran tu voz y tu mano, en sueños, tan verdaderas!...
Vive, esperanza ¡quién sabe lo que se traga la tierra!
Antonio Machado.
…y
amanece que no es poco, amanece a golpe de ola contra la noche dócil, con esa
claridad que estalla el sueño y lo reduce a un racimo de salitre haciendo un
circulo sobre el azul del soñar….
…y amanece en un desatado de horarios y magnética rutina, amanece en eternamente nada y volvemos a ser nada pero a la luz del día, con mil destinos rutina y otros tantos de fortuna….
…y amanece que no es poco, se rompió el silencio del sueño y con ese aroma a sal rota deambulamos en estatua en movimiento… sellamos en silencio ese murmullo del sueño y nos enfundamos en tejidos visibles de mil ansias invisibles…
…y
amanece que no es poco, dejamos vida y deseo sobre una playa soñado y nos
entregamos al arrebato debocado del vivir…pero en algún lugar, en todos los
sitios, guardamos esa dulzura invisible que nos deja la arena incesante del
soñar, en algún lugar somos acosada alma de la vida del soñar….
…y amanece que no es poco, amanecemos sobre arena ardiente, con el silencio y el regazo acomodado, con el sentir agazapado en un espacio oculto, con una llama que tatuó la piel del soñar, con el bolsillo lleno del vértigo de media noche, con la felicidad y el ruido de la ciudad….
…y
amanece que no es poco, y guardo noches para echarte de menos en las líneas de
mi compas….
Ven a mí que vas herido, que en este lecho de sueños podrás
descansar conmigo.
Ven, que ya es la media noche y no hay reloj del olvido, que sus campanadas
vierta en mi pecho dolorido
Tu retorno lo esperaba. De un ángulo de mi vida voz sin voz me lo anunciaba.
Madrigal de Concha Méndez