Entre lo amargo del café quedó
el aroma y el calor, lo que me dio me lo dejó cuando se fue. Con la
certeza y la razón de sabe dios, quién sabe qué, que lo invisible
existe solo porque no se ve. No soy la foto del carnet, no soy
la luz en el balcón, yo solo soy el que llegó y el que se fue. No sé
muy bien a donde voy, para encontrarme búscame en algún sitio entre la
espada y la pared. Las nubes con el viento siempre están cambiando, quizás
podamos ver el sol de vez en cuando…
Puede ser que todo vuelva a ser, cuando es tarde para responder, que nunca más…
Voy a quedarme en este mar aunque me estrelle entre las rocas, aunque me pise el mismo pie que antes besó mi boca. No encontrar el equilibrio y agarrarse, lo contrario, de vivir es no arriesgarse… ¿Quién sabe qué? ….
Maldita noche que pase, no sé muy bien porque razón, que sin dormirme te soñé, él pareció escuchar tu voz. Toda la culpa es del café que me recuerda tu sabor, y fue la voz que no escuché, y fue el silencio el que me despertó. Toda la culpa fue del aire que rozó mi piel, de la piel que me guardó el calor el mismo con el que forjé mi oxidado corazón…
Las cosas que no pueden ser son todas las que he sido yo, las mezclas no me salen bien, sexo, droga y rock and roll…
En las noches sin razón se escuchan voces soñé, silencios y deseos que danzan sobre el aroma café….en las noches de espalda y pared el silencio despertó a un aire que rozó mi piel, piel que guarda el calor de todas las cosas que no pueden ser, las que son, y todas las que he sido…
En el amargo del café vuela un aroma de certezas sin razón, delirios
y deseos de sabe dios, quién sabe quién…
En lo invisible que existe y no se ve existe un haz de la luz que
llegó y nunca se fue, entre la espada y la pared existe algún lugar de nubes
sobre viento, ese viento que va cambiando direcciones y rumbos donde todo puede
ser y nunca mas es veleta de la sinrazón…
En el equilibrio de todas las cosas existe un quedar que sobrevive al
mar, que sobrevive a cualquier estrellar contra las rocas, que sobrevive aunque
no te agarrares ni lo contrario… un equilibrio que es arriesgar sobre refugio
amado…
En las noches café existe un estallido de ceñidos, de caderas y botones
mudos desenmudecidos... naufragios y ombligos… delirios desnudos bañados a
lunares y vaciados a lunas azules sin futuros…
En las noches café existe un teñido de impulsos deshabitados, magia flotando
sobre un paladar de letras, sentir a pedradas estampado hasta los huesos, dulce
vivir habitado sobre la sien, dunas de amar a plena hoguera de San Juan…
En las noches café se trazan caminos de pasos sobre el mar, salitres
enlazados de presencias sin explicar, calor agitado que no se cansa de desear, lluvia
entre la espada y la pared…