Shimbalazul

Soy insignificante, huérfano olvido en el universo. Soy visceral, sin atino, ni destino en este universo fluvial… Soy el imposible, el huérfano consciente de un soñador sueño de vida. Soy la pupila escrita y las tentaciones conjugadas en su silencio… Soy el bajo la luna y el a este lado, la letra utopía y el contigo eterno en un solo segundo. Soy, que no es poco…. siénteme aunque sea solo una décima de segundo en el orgasmo de tus deseo…

Soy el sin ton, ni son que se cala bajo la lluvia.  Soy el humedece eterno del derretido de la nostalgia, la respiración acorralada por la libertad, el agobio de la tentación de los sentidos, el palpito ajeno de frases desnudas, el provoco, el embiste y el suicidio del deseo…. Soy la conjugación no escrita de amar y te….

Soy la mezcla impune de lo que silencia la vida, el trasciende de lo habitual, el concatenado de la desdicha (del y por) vivir….  Soy el deambulo soñado de un sueño oblicuo al abismo, el visceral argumento de lo incuestionable, el despecho existencial de lo ridículo, el sin acento, sin comas, sin puntos… en la lengua trascrita del momento…. Soy el sueño despierto y despierto soñando… Soy, que no es poco…. como cualquier persona y como ninguna, tan vulgar como nada, tan excepcional como todo…

… y la noche dejo un claro azul y en su silencio provocó la noche su tentación. La madrugada se hizo mujer, sus pestañas desnudas de mi enaltecían la luz, ella soñaba y acariciaba mis pensamientos, incluso un verso inesperado, sus piernas arropaban silencio y la noche se convirtió en poesía habitada… ella… entonces si Soy, soy el que ama… Soy Shimbalaiê…

Shimbalaiê, cuando veo al sol besando el mar. Shimbalaiê, cada vez que él se va a descansar. Shimbalaiê, cuando veo al sol besando el mar. Shimbalaiê, cada vez que él se va a descansar. (*)
Naturaleza, diosa de vivir. La pura belleza del nacer. Una flor brillando a plena luz del sol. Un pescador entre el mar y el anzuelo. Pensamientos tan libres como el cielo. Imagino un barco de papel que se va para no volver jamás. Teniendo como guía a Yemayá.
(*)
Cuánto tiempo hace falta para darse cuenta de que una flor ya tiene vida al nacer. Esa flor, brillando a la luz del sol. Pescador entre el mar y el anzuelo.
(*)
Ser capitana de este mundo, poder rodar sin fronteras. Vivir un año en segundos y no pensar que los sueños no son más que tonterías. Encontrarme con un libro que hable de la vanidad. Cuando mentir es preciso, poder decir la verdad.
(*)
La esencia de la vida es Shimbalaiê, beber y lamer cada miliímetro de utopía, hacer de un segundo un eterno inolvidable, gritar en silencio a lleno de pasión, deletrear deseo a entrega ciega de amar… Shimbalaiê porque me encanta su armonía y lo mucho que es capaz de transmitir…
… y la noche dejo un claro azul y en su silencio provocó la noche su tentación… y una gota de luz acariciaba su rostro, y otro resto de luz bañaba sin piel…. delineaba los detalles de sus secretos, agua de mis deseos…. y me bañé con su presencia, doblegado y enamorado…. lluvia de emociones a un espejo desnudo del alma…. y me moje y me vertí… y esa luz acariciaba su piel… y el tiempo se convirtió en su vida, ella ocupa el espacio que es mío, ella ocupa mis momentos que son suyos… Shimbalaiê…
 

 

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Lamontagneazul

Las palabras son pentimentos que callan su significado clandestino, ocultan como testigo silencioso; deseo, pasión y hastió. Habitan en un espacio libertad donde divagan y se mezclan con una pizca de cordura, y con la locura que destilan todos esos pensamientos inoportunos del espejo de una noche y su montaña azul.
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